Esta es una historia de esperanza. Sherry Lazaruk y su hijo, Trevor Strutt, están diagnosticados de la enfermedad de Huntington. A Sherry se la diagnosticaron cuando cumplió 30 años y a Trevor hace 5 años.

Trevor decidió hacerse la prueba no para sufrir, sino para poder combatir la enfermedad desde el principio. Los síntomas de su madre empezaron cuando tenía unos 41 años y, por supuesto, fue un momento preocupante para la familia.

A pesar de ello, decidieron luchar. Sherry empezó a hacer ejercicio al menos dos veces al día y a llevar una dieta equilibrada, lo que mejoró considerablemente su salud. Trevor incluso le ofreció un móvil nuevo y le enseñó a usarlo, para asegurarse de que Sherry se mantuviera activa.

Trevor tiene un gran consejo para la comunidad: "La gente que rodea a los pacientes con EH tiene que asegurarse de darles motivación, no desánimo". Lo dice con esperanza, porque aunque todavía no hay cura, rendirse tampoco es una opción, y su madre es la prueba viviente de ello.

"Con ejercicio y trabajo duro cualquiera puede cambiar su mentalidad y su vida. No dejes que la depresión te haga sentir derrotado. Levántate y no te rindas. Con la actitud correcta ante el Huntington, podemos vivir una vida sana y plena. Yo corro maratones en bicicleta y soy muy activo en el gimnasio, pero eso no significa que alguien necesite dinero o gimnasio para estar sano. Se puede hacer ejercicio en casa e incluso en el sofá. Así que, mi mayor consejo sería para cualquiera que sufra Huntington, no dejéis que nada ni nadie os haga rendiros. Vuestra voluntad y vuestra vida están en vuestras manos, por muy duro que parezca nunca os rindáis".

Trevor termina su historia de la forma más bella e inspiradora posible.

Categorías: Historias

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